Nuestro compañero de la asociación, Eric Thompson, acepto el encargo hecho por la junta directiva de nuestro colectivo: Llevar un regalo-recuerdo de los actos de hermanamiento celebrados en Macharaviaya durante la celebración del 4 de julio de 2012.
Los presentes consistian en una fotografía de gran tamaño enmarcada donde aparecen los dos alcaldes, D. Antonio Campos y D. Ashton Hayward, acompañados por los Granaderos de Gálvez uniformados; y en dos DVDs realizados por nuestro compañero y amigo de la TV Axarquía, Paco Gálvez. En el que se recogen todos aquellos actos y momentos inolvidables vividos en la tarde del 4 de julio en Macharaviaya.
DISCURSO DADO POR ERIC THOMPSON EL 8 DE MAYO 2013 EN PENSACOLA (FLORIDA)
“Honorable alcalde de Pensacola, damas y caballeros:Hablo en nombre de la Asociación de Granaderos y Damas de Gálvez de Macharaviaya de la cual me siento orgulloso de ser miembro.
Hemos llegado desde el pueblo de Macharaviaya, lugar de nacimiento de su famoso hijo Bernardo de Gálvez. El pueblo está situado en la zona de la Axarquía, en la parte oriental de la provincia de Málaga. Es una zona montañosa protegida de los frios vientos del norte provenientes de Sierra Nevada, es una zona que comerciaba en tiempos antiguos con los fenicios y griegos; y que también formó parte del antiguo reino moro de Granada. Posteriormente disfrutó de un desarrollo significativo gracias al empeño e iniciativa de la muy extraordinaria familia Gálvez.
Debo mencionar a José, Matías y Miguel Gálvez como artífices de la fundación del primer colegio de enseñanza pública para niños y niñas, del primer banco comercial y del ascenso de una importante economía agrícola basada en las uvas, pasas, almendras, aguacates, etc. Y especialmente los higos (sabíais que en los tiempos de los árabes los higos de esta zona alcanzaron el precio más alto en el mercado de Bagdad?) y por supuesto el aceite de oliva verdial famoso por su muy alta calidad.
Tampoco debo olvidarme de Mª Rosa Gálvez, una feminista 200 años adelantada a su tiempo y famosa escritora y actriz en Paris y en Madrid.
Siempre que he viajado por la corta pero tortuosa carretera desde la costa hasta Macharaviaya –por ejemplo para la celebración del 4 de julio- me ha venido a la memoria el comienzo del largo viaje del joven Bernardo tantos años antes desde el viejo al nuevo mundo, al principio de su ilustre carrera. Fue un viaje de semanas, sino meses, pero posiblemente incluso probablemente llevaba aceite de oliva verdial y pan de higos en su mochila para el sustento del camino. A nosotros el viaje sólo nos llevo unas pocas horas.
Así que, el pasado mes de julio tuve el privilegio de participar en el acto de hermanamiento de Macharaviaya y Pensacola, y de arriesgar mi vida recreando el asalto al Fuerte George en 1781 en la plaza de la magnífica iglesia de San Jacinto en Macharaviaya.
Estaba previsto que yo muriera durante la batalla, pero un saco de paja sobre el que yo caería fue usado por un inglés moribundo, para su confortable caída; así yo podré vivir para seguir combatiendo otro día. Y aquí estoy.
La asociación me preguntó si quería entregar en su nombre y en mano al Señor Ashton Hayward un símbolo de la relación especial con Pensacola, para expresar el deseo de que la amistad entre nuestras dos comunidades florezca, en beneficio de nuestra cultura y los intereses comunes; y este desarrollo se vea favorecido por la prosperidad y la paz.
Viva Macharaviaya, viva Pensacola.
Gracias.
